De acuerdo con la investigación histórica de Visión Legislativa, la tasa de reelección durante el Porfiriato fue muy elevada: entre 1876 y 1912 hubo 1,374 diputados, de los cuales se reeligieron 650, es decir el 47 por ciento, casi la mitad. En el Senado la situación fue muy similar: de los 258 senadores, 112 se reeligieron, es decir, el 43 por ciento del total.
En contraste, entre 1917 y 1933 la reelección bajó. De los 2,119 diputados sólo se reeligieron 228, es decir, poco más del 10 por ciento. Aunque la reelección legislativa inmediata se prohibió desde 1933, existe la llamada “reelección no consecutiva”, que ocurre cuando un legislador ocupa el mismo cargo con al menos una legislatura intermedia.
Los legisladores mexicanos entre 1934 y 1997 fueron sistemáticamente amateurs, ya que sólo el 14 por ciento de los diputados y el 5 por ciento de los senadores desde 1934, se reeligieron.