¿Lo dejamos de leer?
María del Carmen Nava Polina
Ciudad de México, 9 diciembre 2019.
Lo más valioso que tengo en casa, son mis gatos. ¿De qué raza son?, me contestó el perito. No importa la raza; son parte de mi familia. Esta conversación se dio una vez que se tuvo contacto con cuatro personas agentes de dos patrullas, en distintos momentos; y una vez presentada denuncia ante el ministerio público. Habían entrado a robar a casa, en la Roma Norte, alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México.
La pérdida irreparable es un manuscrito original escrito en libreta artesanal italiana; de papel hecho a mano y portada en realce. Papá había escrito en él los últimos años. Un libro en proceso, el cuarto. Mismo que pocos leímos por segmentos. El libro fue extraído de casa. El valor más preciado. El libro no leído.
Lejana proximidad
No es consuelo, de ninguna manera, que seamos asaltadas y aportemos a la estadística de la vulneración en la seguridad de un número importante de personas. Que todas estemos en las mismas circunstancias, nunca será una justificación. Para nadie. En este sentido, ¿cuál es el trato que debe proporcionar las personas servidoras públicas, ante situaciones de emergencia?
Eran pasadas las 16:20 horas del domingo 8 de diciembre del presente, cuando llamamos a mi hermano, a la policía; informamos a familia y amistades que habían entrado al departamento. En la calle esperamos a que la policía llegara. Fueron dos personas que cubrieron el llamado. Pasaron -junto con un tercero-, a revisar el departamento. Los infractores ya se habían ido y dejaron todo revuelto: cajones, ropa, accesorios, puertas. Era un campo de batalla.
Luego de haber acompañado a la revisión, en un cerrar y abrir de ojos, los policías se fueron (sin avisar). Nos dejaron solos, sin haber tomado datos, sin haber dado sus nombres, sin haber llenado ni realizado ningún reporte. Llamamos por segunda ocasión al cuadrante que corresponde a Roma-Condesa. Acudieron otras dos personas policías. Salieron a la defensiva: no quisieron proporcionar nombres de sus colegas que habían acudido al primer llamado. No hubo primer respondiente en ninguna de las dos ocasiones. Momentos más tarde, llegaron peritos a levantar fotografías. Un día después, estuvo la policía de investigación. Para entonces, el comandante de investigación ya había recabado los videos y recogido las quejas de la atención recién narrada.
Víctimas e investigación
Al reporte de quejas por atención policial, se sumó el acercamiento del área de asuntos internos del cuadrante de la zona. Revisaría y pediría informe de lo sucedido. Fue la sexta persona con quien hablamos.
La atención que debe darse a las personas en su primer reporte de hechos, es fundamental. Deben documentar, reportar y llevar protocolos. La policía no abonaba –en este caso- a la tan necesaria característica de proximidad con las personas, con la comunidad. Aquí es donde enfatizo dos puntos: 1) la policía debe implementar protocolos de atención a víctimas y 2) debe documentar los reportes que cubre. Ambos puntos refieren a la imperiosa exigencia de atender los casos de inseguridad con elementos de derechos humanos; así como de informar, documentar, con el objetivo de generar estadísticas para realizar políticas públicas y estrategias de actuación y prevención.
Ninguna de estos elementos se observó en el primer contacto con las víctimas.
Es aquí donde cabe el inminente corolario: es urgente el uso cotidiano de protocolos de actuación y atención a víctimas.
El trapito
No basta detectar el problema; hay que abonar a la solución. Y en este sentido, amerita recordar que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió en 2010 los Lineamientos para la atención integral a víctimas del delito. Han de aplicarse como disposición obligatoria en el sistema policial, para mejorar la atención a las personas. Nadie estamos exentas de sufrir percances o algún tipo de delito (o ser testigos de ello); de ahí que sea muy importante dar a conocer y pedir la implementación de disposiciones básicas que mejorarán el estado social en el que vivimos.
Ahora bien, la no actuación, no documentación e indefensión, es lo que suma al estado deteriorado de la persona en situación de vulnerabilidad y que recién experimentó una alteración o un delito. En este sentido, la Secretaría de Seguridad Ciudadana debe publicar información agregada sobre servicios, atenciones de emergencias y denuncias en materia de seguridad pública, implementación de acciones en materia de prevención del delito o acciones de coordinación y enlace para la seguridad pública.
Deben publicar información estadística agregada, conforme al artículo 121 fracción XXXII de la Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México, conforme las . Y claro, en estricto sentido dichas estadísticas deben proveer de casos concretos; por lo que, si no se documenta caso por caso, ¿cómo se estarían generando las estadísticas agregadas? ¿Haría falta información si es que no se documentan los casos totales que se denuncian y atienden? ¿Cuál es el alcance de las acciones y políticas públicas si no se tienen estadísticas fidedignas?
Investigación
El caso concreto que refiero pasará por el alcance de resultados: detectar a las personas que robaron, a la red articulada que permitió el robo, ubicar patrones de asalto a casa habitación, detener a las personas involucradas, establecer penas y resarcir el daño. El resultado más feliz, sería tener la posibilidad de recuperar el manuscrito original del Doctor Nava y entonces poder leerle.
Mientras tanto, aprovecho a compartir un corte de asuntos que hemos resuelto el pleno del organismo garante de transparencia de la Ciudad de México, justo sobre instituciones relacionadas con seguridad e impartición de justicia (acá pueden encontrar infografías semanales).
Estos son los retos en la calle, en la operación, en el cumplimiento del acceso a la información. Garantizar derechos humanos y documentar el trabajo público, nos ayudará a tener y exigir una mejor calidad de vida.